El antiguo monasterio cisterciense de Nuestra Señora de Veruela  se encuentra situado en las estribaciones del Moncayo, y en el término municipal de Vera de Moncayo, en un pequeño valle formado por el río Hueca, cuyo nacimiento se encuentra muy próximo al monasterio.

El documento más antiguo referido a la fundación del monasterio veronense es la confirmación por el rey navarro García Ramiréz de la donación de los lugares de Veruela y la Oliva y sus posesiones al monasterio cisterciense de Santa María de Niencebas (Fitero, Navarra) en 1145 para la erección de sendos cenobios de la Orden.

Fundado en 1146, no inició su proceso de construcción hasta 1160. En 1248 terminaron las obras y se consagró el edificio.

 

 

 

El conjunto está cercado por una muralla (siglo XVI) de 1 Km de perímetro, abierta por un portón en torreón medieval a una avenida arbolada que conduce a la grandiosa iglesia (siglo XII), de portada románica y tres altas naves cubiertas con crucería gótica. Desde aquí se accede a ambos claustros, gótico y renacentista, que comunican con la sala capitular, refectorio, cilla, scriptorium y otras dependencias que son escenario de exposiciones de arte, conciertos y prestigiosos cursos.

 

El Císter y   el Monasterio de Veruela

 

La orden del Císter, que se instala en tierras despobladas, jugó un papel fundamental en la política repobladora de los reyes aragoneses. Los monarcas Ramón Berenguer IV, Alfonso II y Pedro II fueron los principales impulsores de la difusión cisterciense.

La arquitectura cisterciense se caracteriza por su reacción contra los excesos decorativos del románico. Con esta premisa logró imprimir a sus obras una simplicidad total, una austeridad absoluta, una desnudez ornamental y un sentido espacial de interiores equilibrados, utilizando siempre la piedra sillar cuidadosamente labrada y asentada.

El pragmatismo cisterciense animó a usar con provecho las peculiaridades constructivas de cada región. En el caso de la provincia de Zaragoza, debido a la escasez de piedra, se aceptó el ladrillo e incluso elementos mudéjares.

 

 

 

El Monasterio de Veruela es uno de los tres cenobios cistercienses de Aragón emplazados en la provincia de Zaragoza junto a los de Rueda de Ebro y el de Piedra.

La iglesia es una construcción de tres naves culminadas por un ábside con numerosos absidiolos. El claustro, en torno al que se ordena el monasterio, presenta arcos apuntados y una sobresaliente galería superior plateresca, y da acceso a hermosas salas, como la capitular. Todo el conjunto respira quietud y tranquilidad, el paisaje idóneo para que Gustavo Adolfo Bécquer compusiera sus rimas y leyenda.

 

Firmas de los canteros en la piedra.

 

La orden cisterciense abandonó el monasterio tras la Desamortización de Mendizábal (1835), para ser ocupado por los jesuitas. La Diputación de Zaragoza lleva a cabo su gestión desde 1976, una gestión que incluye su restauración y orientación hacia actos culturales: conciertos o exposiciones.

Fotos : edualdo

 

D14 en Veruela